Tener una doula en México sigue rodeado de mitos y confusiones. Aquí te comparto las realidades de este acompañamiento.
A lo largo de los años, he escuchado de todo. Comentarios de familias, médicos, amigas e incluso de mujeres embarazadas que se acercan con curiosidad y miedo al mismo tiempo:
- “He oído que las doulas están en contra de los doctores.”
- “¿Es cierto que solo sirven si quieres parir en casa?”
- “¿No es un lujo que sólo se dan las hippies?”
Y aunque me sonrío con cada uno, también me doy cuenta de algo: hay mucha desinformación.
Por eso, hoy quiero hablarte de los mitos más comunes sobre tener una doula en México y lo que realmente significa este acompañamiento. Cada vez más familias buscan una doula en México para sentirse seguras en el embarazo y parto.
Mito 1: Una doula en México reemplaza al médico o a la partera
Realidad: No. Una doula no sustituye ningún rol clínico.
Yo no receto, no hago tactos, no evalúo al bebé.
Mi presencia no compite con la del personal de salud, la complementa. Mientras el médico o la partera se ocupa del proceso clínico, yo cuido lo emocional, lo físico y lo humano.
Sostengo tu mano mientras respiras, te ayudo a moverte y soy esa voz que te recuerda que puedes cuando todo dentro de ti duda. He trabajado con profesionales de salud extraordinarios y he sido parte de equipos donde cada quien suma desde su especialidad.
Mito 2: Tener doula es solo si vas a parir en casa
Realidad: Puedes tener una doula en casa, en un hospital, en una cesárea o incluso desde el embarazo.
He acompañado partos en casa, hospitales públicos y privados, clínicas pequeñas, cesáreas programadas y de urgencia. También acompaño procesos de búsqueda de embarazo y de postparto.
Porque ser doula no tiene que ver con el lugar donde ocurre el parto, sino con la experiencia de quien lo está viviendo. Y cada mujer merece estar acompañada, independientemente de dónde y cómo decida parir.
Mito 3: Es un lujo para quienes tienen mucho dinero
Realidad: No debería serlo. Y muchas doulas trabajamos para hacerlo accesible.
Sí, a veces se percibe como un “servicio extra” que sólo algunas pueden pagar. Pero muchas ofrecemos distintos esquemas:
Apoyo por sesiones individuales
Paquetes ajustables
Acompañamientos presenciales o virtuales
Porque acompañar no debería ser un privilegio, debería ser un derecho.
Mito 4: Las doulas imponen un “tipo ideal” de parto
Realidad: Mi trabajo no es decidir por ti, sino ayudarte a decidir desde tu verdad.
Una doula no está para convencerte de nada. Ni del parto en casa, ni de la lactancia exclusiva, ni de rechazar intervenciones.
Estoy para ayudarte a informarte, conectar contigo y escuchar tu historia, tus deseos y tus miedos.
Si eliges epidural, te acompaño.
Si eliges cesárea, te acompaño.
Si cambias de opinión a mitad del camino, te sigo acompañando.
Tu experiencia es tuya. Y mi presencia está al servicio de eso.
Mito 5: Las doulas son “muy intensas” o “muy alternativas”
Realidad: Cada doula es distinta, como cada mujer. Y como tú, también soy humana.
No todas usamos rebozo, practicamos yoga o llevamos inciensos. Algunas sí, otras no.
Yo, por ejemplo, creo profundamente en la ciencia y también en el poder del cuerpo. Creo en el silencio y en el abrazo. En las estadísticas y en la intuición.
No estoy aquí para decirte cómo vivir tu maternidad, sino para que tú misma la habites con fuerza.
Mito 6: Si tienes pareja, no necesitas doula
Realidad: La doula no reemplaza a tu pareja, suma.
Tu pareja puede ser tu mejor apoyo y al mismo tiempo estar tan nerviosa o nervioso como tú.
He visto parejas hermosas que no sabían cómo acompañar. Y cuando una doula entra en escena, no quita lugar, sino que sostiene también a la pareja.
Les enseño a respirar contigo, a masajearte, a leerte los ojos. A veces, mi papel es dar un paso atrás para que ustedes brillen. Y otras, es ser el puente que les permite conectar.
¿Y qué pasa cuando alguien no entiende por qué contrataste una doula?
Es común que familiares, amistades o incluso personal médico pregunten con ceja levantada:
“¿Para qué necesitas eso?”
A veces esa pregunta viene desde el desconocimiento, otras desde la incomodidad que genera ver a una mujer decidiendo cuidar su proceso con conciencia.
Mi sugerencia: haz lo que te haga sentir segura, vista y acompañada. Porque al final, la única persona que va a recordar ese día con cada fibra de su cuerpo… eres tú.
La verdad sobre tener una doula en México
Contar con una doula en México puede transformar tu experiencia. Hay muchos mitos sobre las doulas. Algunos nacen del miedo, otros de la ignorancia y otros más de la forma en que el sistema ha invisibilizado lo emocional en la experiencia de nacer.
Pero hay algo que no es un mito:
Las mujeres acompañadas con amor paren diferente. Viven diferente. Se sienten diferentes.
Si alguna parte de ti ha sentido el llamado de buscar apoyo, aquí estoy.
Sin imposiciones. Sin fórmulas.
Solo con escucha, presencia y compromiso con tu historia.
Más recursos
La evidencia científica respalda el papel de las doulas en la reducción de intervenciones médicas (Organización Mundial de la Salud).
Si quieres profundizar, también te recomiendo leer ¿Qué es una doula y qué hace realmente?
¿Es verdad que una doula reemplaza al médico o partera?
No. La doula no realiza tareas médicas ni clínicas. Su rol es complementar el trabajo del personal de salud, brindando acompañamiento emocional, informativo y físico.
¿Solo las mujeres que buscan partos en casa necesitan doula?
Falso. Una doula puede acompañar partos en hospital, con epidural, inducidos o cesáreas programadas. Lo importante es el apoyo continuo que ofrece a la mujer.
¿Tener una doula es un lujo innecesario?
No. Contar con una doula puede marcar la diferencia en cómo vives tu embarazo y parto, dándote tranquilidad, información clara y un sostén constante que muchas veces el sistema médico no ofrece.
¿Te gustaría que te acompañe durante tu embarazo, parto o postparto?
Estoy aquí para ti. Escríbeme por Instagram y platiquemos.
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